BOLÍVAR Y SU PRESUNTA POBREZA AL MORIR


Muchos dicen que Simón Bolívar murió pobre el 17 de diciembre de 1830, pero la realidad es que jamás fue pobre. Desde su nacimiento hasta su muerte fue uno de los más acaudalados de Venezuela e hispanoamérica.

La historiografía oficial señala que Bolívar murió con una camisa prestada, pero esto no se debe a que se encontraba en la absoluta ruina, al contrario, fue porque Bolívar padeció un incidente desafortunado con su equipaje, el cual fue robado del barco donde viajaba.

Bolívar fue un «niño rico» que al embarcarse en la gesta independentista poseía una fortuna equivalente a 300 millones de dólares actuales. Aunque su patrimonio mermó durante la guerra por la destrucción de los campos y las haciendas, siempre quiso recuperar y mantener su fortuna.

En una de las citas de Bolívar reza:

«Lo más seguro es mi propiedad, que reclamo una y mil veces, para vivir independientemente de todo el mundo».

Acerca de los bienes de Bolívar, especialmente de su enorme hacienda en el valle de Aroa en Yaracuy de una circunferencia de 178 kilómetros que contenía minas de cobre, yacimientos auríferos, maderas finas, agua en abundancia y tierras fértiles para la producción agrícola y ganadera.

Señala en su testamento, caballos, algunos baúles de oro en monedas, joyas y condecoraciones, además, conservó hasta su muerte otros baúles con cubiertos de plata y cajas con brillantes y ropa. Su testamento del 10 de diciembre de 1830 consta de cuatro hojas escritas por dos caras (ocho páginas), ningún pobre puede hacer esto.

Bolívar y sus hermanos, María Antonia, Juana María y Juan Vicente, eran propietarios de tres casas de gran valía en la ciudad de Caracas y tres extensas haciendas más: Chirgua, Zuata y San Mateo, esta última en los valles de Aragua, además de otros negocios, bienes muebles, semovientes.

La pobreza de sus últimos días ha sido contradicha por muchos historiadores, incluso por Inés Quintero de la Academia Nacional de Historia de Venezuela, que señala que nunca renunció a la propiedad de las minas de Aroa.

La versión de un Bolívar empobrecido es parte de la idealización que ha acompañado la construcción del culto heroico sobre su vida.

Autor: Emilio Acosta.

*En comentarios:

- 1 y 2: Fragmentos del testamento de Simón Bolívar, 1830.

- 3: Carta de Simón Bolívar a José Rafael Revenga, 20 de octubre de 1825.

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