Poca gente sabe que Miguel de Cervantes, tras cinco años de cautiverio y cuatro intentos de fuga en Argel, como castigo iba a ser embarcado hacia el mercado de esclavos de Constantinopla. Pero a finales de mayo llegaron a Argel los padres trinitarios fray Juan Gil y fray Antonio de la Bella para tramitar la libertad de varios cautivos. Sólo disponían de los 300 ducados que había recaudado la familia, mientras que los turcos exigían 500. Y así las cosas, a la desesperada, fray Juan se dedicó a recolectar dinero entre mercaderes cristianos la cantidad que faltaba.
Cervantes quedó liberado y se evitó que fuese embarcado hacia el mercado de esclavos de Constantinopla, *el 19 de septiembre de 1580.*
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